En estos días es noticia que la Asociación Amigos de Atapuerca, responsable de la representación histórica de la batalla de Atapuerca (1054) ha solicitado que esta celebración sea declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Creo que es un buen momento para dedicar una entrada del blog a dicha batalla que sirva además como muestra de apoyo a tal iniciativa. Las imágenes corresponden a dicha conmemoración.
Para entender por qué dos hermanos, monarcas ambos de los reinos más poderosos de la península en ese momento, terminaron por enfrentarse en Atapuerca donde uno de ellos murió, después de que diecisiete años antes ambos combatieran juntos en la batalla de Tamarón contra Vermudo III de León , tenemos que situarnos en el año 1035.
Ese año falleció Sancho III el Mayor, rey de Pamplona. A su muerte, había repartido sus dominios entre sus hijos: dejó el reino de Pamplona al primogénito García Sánchez III, los condados de Sobrarbe y Ribagorza a Gonzalo y el condado de Aragón a Ramiro. Su otro hijo, Fernando, había obtenido el condado de Castilla a través de su madre y esposa de Sancho III, Muniadona, tras la sospechosa muerte del conde de Castilla, su hermano García Sánchez en 1028.
Como he señalado, en el año 1037 los dos hermanos, el conde Fernando de Castilla y el rey García III de Pamplona, combatieron juntos en la batalla de Tamarón contra el rey Vermudo III de León. En el enlace se explican los detalles de dicho enfrentamiento, a resultas del cual Vermudo falleció sin descendencia. Sí tenía una hermana, Sancha, que precisamente estaba casada con el conde Fernando de Castilla.Así, este terminó por convertirse en rey de León. Sería conocido como Fernando I el Magno.
Una vez iniciada la consolidación de su dominio sobre el reino de León (según la Historia legionense, el proceso le llevó dieciséis años), Fernando se limitó al principio a observar cómo los problemas entre sus hermano se multiplicaban
Las primeras discrepancias estallaron entre García de Pamplona y Ramiro de Aragón y se resolvieron a favor del primero en la batalla de Tafalla (1043), de la que el aragonés y su aliado el cadí de Zaragoza huyeron dejando atrás su dignidad. Ramiro continuó con su ambición de ampliar sus dominios y cuando en 1045 Gonzalo falleció en extrañas circunstancias, se anexionó los condados de Sobrarbe y Ribagorza.
Fernando esperó a que su posición en el trono de León tuviese firmeza para participar en estos enfrentamientos fratricidas. Y cuando lo hizo, su objetivo fue su antiguo aliado en Tamarón, García Sánchez III de Pamplona. Ambos hermanos llevaban años en continuas disputas por la zona fronteriza de Castilla. Además, la actuación de García en el territorio del condado de Castilla que le había correspondido por herencia de Sancho III generó malestar contra él en la nobleza castellana, pues en la distribución de las tenencias de este territorio favoreció a los magnates pamploneses en detrimento de la nobleza local.
La situación se agravó cuando se produjeron dos incidentes muy similares. Cuando García enfermó, su hermano Fernando acudió a Pamplona a visitarle; se produjeron diversos altercados y un intento de hacer prisioneros tanto al rey como a la reina de León, que tuvieron que huir de Pamplona a toda prisa. Posteriormente, fue Fernando quien cayó enfermo y García quien acudió a visitarle a León (algunos afirman que con la esperanza de que falleciera y apropiarse de su reino, aunque no hay constancia de ello); en León, García fue encarcelado y permaneció en prisión varios días, pero logró escapar. A partir de ese momento la tensión entre ambos reinos creció y las correrías fronterizas se generalizaron.
Finalmente, tras un intento de mediación frustrado por parte de Domingo de Silos y el abad Íñigo de Oña, los hermanos decidieron poner fin a sus desavenencias en el campo de batalla. El lugar elegido fue Atapuerca, en Burgos, y el resultado de la batalla favoreció al rey de León. García perdió la vida en la lucha.
Según algunas fuentes, fue asesinado por el noble navarro Fortún Garcés, agraviado porque el rey había seducido a su esposa. Según otras, un grupo de nobles pamploneses planteó a su rey una serie de reivindicaciones y, al no conseguir respuesta satisfactoria, se pasaron al ejército leonés. Y también hay quien apunta que «fue el día de la venganza para los antiguos milites del rey Vermudo […]: instigados por la reina Sancha, la hermana de Vermudo, casada con Fernando I, buscaban al monarca pamplonés. Habiendo ocupado una altura la noche anterior a la pelea, cuando se inició bajaron raudos hacia donde estaba García y le dieron muerte[1]».
En todo caso, García falleció y en el mismo lugar fue proclamado rey su hijo Sancho Garcés IV, que contó con la bendición del rey leonés y tío suyo, Fernando, quien, según las crónicas, lloró sobre el cadáver de su hermano (como se puede observar en la imagen que encabeza la entrada) y lo trasladó al monasterio de Santa María la Real de Nájera, donde reposa hoy.
La única modificación en las fronteras entre ambos reinos que Fernando llevó a cabo tras su victoria en Atapuerca fue la incorporación de La Bureba (donde se encontraba el monasterio de Oña) a Castilla. No obstante, el hecho de que el conde de Aragón, Ramiro, aprovechase esta circunstancia para apoderarse de diversos territorios fronterizos entre su condado y el reino de Pamplona auguraba que pronto habría problemas entre aragoneses y navarros. Y no solo eso, también se produjeron problemas entre Fernando I de León y su otro hermano, Ramiro de Aragón, que terminaron en otro enfrentamiento en el campo de batalla de Graus en el año 1063… pero esa es otra historia.
Fuentes|
Daniel Fernandez de Lis. De Covadonga a Tamarón. De la guerra a la unificación.
[1] Martínez Sopena, P. (2007). «Reyes y nobles en León (ca. 860-1160) )» en Fernández Catón J. M.ª. (ed.). Monarquía y sociedad en el reino de León de Alfonso III a Alfonso VII. León. Colección Fuentes y estudios de historia leonesa (117). Centro de Estudios e Investigación San Isidoro, p. 40.
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