
Si hay uno de estos movimientos internos de resistencia y oposición al nazismo que resulta conmovedor por su compromiso moral, su idealismo, su ingenuidad y, como consecuencia de ésta, su trágico fin fue el que se produjo en los años 1942 y 1943 en la Universidad de Munich y que se conoció con el nombre de La Rosa Blanca.
Dos jóvenes estudiantes de medicina católicos de esta universidad, Alexander Schmorell y Hans Scholl, junto con la hermana de este último Sophie, fueron los primeros en manifestar su desaprobación con el régimen nazi; los hermanos Scholl habían conocido el sistemático lavado de cerebro practicado en las Juventudes Hitlerianas, y todos ellos eran conocedores de las noticias que llegaban de la guerra. A ellos se unieron pronto otros estudiantes como Christoph Probst o Willi Graf y profesores universitarios como el de la Facultad de Filosofía Kurt Huber.
Las actividades del grupo se iniciaron en 1942 cuando entre los meses de junio y julio distribuyeron por la Universidad de Munich varios folletos en los que se criticaba al régimen contraponiéndolo a los valores religiosos que defendían y se llamaba a la resistencia. Los pasquines pronto empezaron a tener una amplia distribución, llegando incluso hasta a Viena.
Cuando el movimiento estaba empezando a llamar la atención de la Gestapo, sus actividades se paralizaron durante un tiempo porque Schmorell y Scholl fueron llamados a colaborar temporalmente en tareas médicas en el frente ruso. Sin embargo, al regresar después de comprobar en persona el horror de la guerra, retomaron sus tareas con renovado ímpetu.
El 18 de febrero de 1943 se produjo un hecho que sacó a la luz las actividades del grupo. Un jefezuelo nazi dio un discurso en la Universidad cargado de tópicos fascistas, machistas y xenófobos e insultos a los universitarios que no estaban contribuyendo al esfuerzo bélico. Su propuesta de que si los estudiantes masculinos no eran capaces de hacerlo, sus soldados se podían encargar de dejar encintas a las universitarias para dar nacimiento a nuevos y futuros soldados fue lo que hizo saltar la mecha de la indignación; fue expulsado de la Universidad y las calles de Munich se llenaron de manifestantes universitarios y de pintadas contra el régimen.
Animados por este apoyo a sus tesis, los integrantes de La Rosa Blanca redactaron un nuevo volante y los hermanos Scholl lanzaron cientos de octavillas desde las ventanas más altas del edificio de la Universidad. También se pegaron carteles calificando a Hitler como el asesino de Stalingrado. Por su interés y su alto contenido emocional, adjunto un enlace al texto de este volante, que estaba destinado a ser el último de los integrantes de La Rosa Blanca: El último volante de La Rosa Blanca
Desgraciadamente para ellos un conserje de la Universidad miembro del partido reconoció a los hermanos Scholl y los denunció a la Gestapo, que ya estaba investigando quién se hallaba detrás de la revuelta del día 18. A partir de ahí, los acontecimientos se precipitaron de manera dramática: los hermanos Scholl, Christoph Probst y Alexander Schmorell son detenidos, brutalmente interrogados y torturados, juzgados “sumariamente” (es decir en una pantomima de juicio sin ninguna garantía y con el fallo predeterminado) y ejecutados el día 22 de febrero de 1943. Kurt Huber y Willi Graf también fueron ejecutados y otros colaboradores del grupo fueron internados en campos de concentración.
No obstante, el espíritu de resistencia de los jóvenes de La Rosa Blanca prendió en otros lugares como la Universidad de Hamburgo y ha llegado hasta nuestros días como un símbolo, puesto que incluso llegó a Inglaterra y a otros países al ser difundidos sus folletos (sobre todo el último que hemos enlazado) por otro opositor, el conde von Moltke. Helmut von Moltke estaba destinado a jugar un papel importante en futuros atentados contra Hitler, pero esa es otra historia.
Quien quiera conocer más detalles sobre este y otros movimientos opositores a Hitler dentro de Alemania y de los principales atentados contra el dictador, puede leer el libro de Gabriel Glasman Objetivo cazar al Lobo. Respecto del movimiento de La Rosa Blanca existe una película del mismo nombre, dirigida en 1982 por Michael Verhoeven y otra película Sophie Scholl, los últimos días de 2005, dirigida por Marc Rothemund.
Imagen| La Rosa Blanca
Fue emocionante hace tres años descubrir un pequeño pasquin en una farola de Munich, cerca de la Plaza Odeon, que homenajeaba a los muchachos de la rosa blanca.
Aun hoy en la que fue cuna del nazismo todo lo que recuerda a la pesadilla nazi se hace de forma muy sutil.
Efectivamente, el tema del nazismo sigue siendo un asunto que despierta sensibilidad e incomodidad en Alemania. Gracias por tu aportación y pásate por el blog cuando quieras. Un saludo.
Genial artículo, pero un pequeño apunte: Alexander era Cristiano Ortodoxo y no Católico. De hecho es considerado Santo por la Iglesia Ortodoxa. Un saludo!!
Muchas gracias, Alejandro. En la fuente que consulté para escribir la entrada decía que todos ellos eran católicos. Te agradezco la rectificación y la aportación. Un saludo.