El fallecimiento ayer de la longeva y carismática reina Isabel II de Inglaterra ha desempolvado cientos de artículos, historias y anécdotas referentes a su vida. Y entre ellos, he podido volver a ver compartida en redes social una teoría con un gravísimo error de base y que tiene relación con los ancestros castellanos de Isabel II: que la reina de Inglaterra recién fallecida era descendiente de Mahoma. Se puede leer el artículo en el enlace. Y, a lo largo de esta entrada, figuran también los enlaces a las entradas del blog dedicadas a los personajes y acontecimientos citados en ella.
Dejando claro que un lapso de mil seiscientos años entre un personaje y otro hace prácticamente imposible descartar algún tipo de relación entre ellos, en este caso mi crítica lo es al concreto vínculo que esta teoría afirma como base para su afirmación. Según Harold B. Bruce Baker, la conexión viene a través de los ancestros castellanos de los monarcas ingleses, concretamente Leonor de Castilla (casada con Eduardo I de Inglaterra) e Isabel de Castilla (primera duquesa de York y bisabuela de Isabel de York, esposa de Enrique VII, el primer rey Tudor de Inglaterra).
Y la conexión de estas dos princesas castellanas con Mahoma, afirma Baker viene a través de la princesa musulmana Zaida, amante (y, según algunas fuentes, esposa) del rey Alfonso VI de León. Y aquí es donde viene el incomprensibe error de base de esta teoría. Sin entrar en si Zaida era o no descendiente de Mahoma, lo cierto es que a la familia real castellana, que sí descendía de Alfonso VI, no le afectaría este supuesto parentesco. Y ello porque, aunque Alfonso y Zaida tuvieron un hijo, Sancho Alfónsez, y que este era efectivamente heredero del trono de León, Sancho falleció en 1108 en la batalla de Uclés cuando su padre todavía vivía. Y lo hizo sin descendencia.
De esta forma, cuando Alfonso VI falleció un año después en 1109, la corona leonesa pasó a su hija Urraca, nacida de su matrimonio con Constanza de Borgoña. A Urraca le sucedió su hijo Alfonso VII y, a partir de la sucesión de Alfonso VII,, se desarrollaron las líneas de las casas reales de León y Castilla. Por tanto, ningún miembro de las familias reales leonesa y castellana era descendiente de Zaida