1066, el año en que el destino de Inglaterra cambió tres veces


Entrada extraída del libro Los Plantagenet

¿Se imaginan ustedes que la Inglaterra de la Edad Media hubiese estado gobernada por los noruegos o por los sajones en vez de por los normandos? No dejan de ser disquisiciones, pero todas ellas estuvieron muy cerca de materializarse y que unas u otras se convirtieran en realidad se decidió en el espacio de sólo unos días y en dos batallas que se cuentan entre las más famosas de la Historia: Stamford Bridge y Hastings.

Todo empieza con la muerte del último gran rey sajón de Inglaterra Eduardo “el Confessor”, que había puesto fín al efímero gobierno danés sobre Inglaterra de los reyes Cnut y Hardcanut.

Volviendo a Edward, elevado posteriormente a la categoría de santo, murió sin descendencia el 5 de enero de 1.066. Tres grandes figuras de la época reclamaron el derecho a la sucesión en el trono de Edward:

– Harald Hadradda, rey de Noruega, reclamaba el derecho a la sucesión basándose en su conexión con los reyes daneses que precedieron a Edward. Harald tenía fama de ser el mejor guerrero de su tiempo, reputación ganada a golpe de espada a lo largo de los campos de batalla del mundo conocido desde Escandinavia a Constantinopla.

– Guillermo “el Bastardo”, intentaba basar su derecho a través de su tía y  madre de Eduardo, Emma de Normandía. Guillermo era la persona probablemente con menos posibilidades de acceder a un trono que se pudiera imaginar. Como su propio apodo indica, era hijo bastardo de Roberto, Duque de Normandía, lo que hacía poco probable que le sucediese. Esta dificultad se agravó porque cuando su padre murió, aunque le había designado heredero, Guillermo sólo tenía ocho años, lo que hacía altamente improbable que un crío en aquella época sobreviviese a todas las intrigas para desposeerlo de sus derechos. Guillermo lo hizo y a la muerte de Eduardo puso sus ojos en la apetecible manzana que era Inglaterra.

– Harold Godwinson: al tener al mejor derecho al trono entre los de origen sajón, Harold era el heredero oficial, y de hecho fue coronado rey a la muerte de Eduardo, si bien era plenamente consciente de las reivindicaciones de sus dos formidables enemigos.

Durante todo el año 1066, Harold sabía que iba a sufrir dos invasiones, una por el norte (de Harald) y otra por el sur (de Guillermo), por lo que tuvo que mantener sus fuerzas preparadas para ambos supuestos y exprimir a sus servicios de información para que le tuvieran al tanto del mínimo movimiento en sus costas.

Finalmente, fue Harald el primero que movió ficha (contando con el apoyo del hermano de Harold, Tostig) y la jugada le salió mal. Consiguieron una victoria inicial contra los sajones en la batalla de Fulford. Sin embargo, finalmente y contra todo pronóstico el más poderoso guerrero de la época fue derrotado por Harold en la batalla de Stamford Bridge, el 25 de septiembre de 1066. Harald y Tostig perecieron en la batalla.

Sin embargo, en cuanto Guillermo tuvo conocimiento de ello, movilizó sus fuerzas, obligando a Harold a recorrer con su agotado y mermado ejército todo el país para detener esta segunda invasión. Finalmente, ambos ejércitos se encontraron en Hastings el 14 de octubre de 1066 y, aunque las tropas de Harold combatieron bravamente y tuvieron sus opciones, finalmente la batalla se decantó por los normandos y Harold falleció. Guillermo pudo cambiar su apodo de “el Bastardo” por “el Conquistador”.

Vencidos todos los obstáculos, Guillermo se dirigió a Londres donde fue coronado rey de Inglaterra en la abadía de Westminster, aunque la ceremonia no se desarrolló de la forma esperada, como se cuenta en esta entrada del blog: la coronación de Guillermo “el Conquistador”.

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